Y amamos lo que encontramos, lo que nos asalta, lo que nos sorprende, lo que nunca soñamos que fuese posible. Lo amamos precisamente por su pureza, por que ha crecido sin nosotros, por que no lo hemos moldeado.
Es nuestra fuente fresca de asombro cotidiano.
No dudo de que sea amor también, pero yo hablaba de otro. Del amor que espera contigo en urgencias de un hospital, del amor que te ayuda a sacar adelante un problema, del amor que se pregunta si estas sola, del que te ayuda a morir (que dificil! Pero que diferente es no estar solo! Mi admiracion total y absoluta para aquellos que donan sus vidas para cuidar a otros) del que te llama para compartir la risa. Se construye despacio, requiere generosidad y dos partes. Es mucho mas raro y precioso y, a la vez, mas cotidiano. Quiero ponerle poesía a este porque es en el que creo, el unico que arranca de nosotros la soledad infinita, el unico que nos acompaña siempre.
Y la capacidad de amar no se agota con una persona, se manifiesta asi, pero es nuestra, es nuestro patrimonio.
Tienes razón y yo también hablaba de ese, aunque a veces no sea correspondido. Y no me refiero a que no tenga la misma capacidad de amar, si no a que sepa dejarse amar; quizá sea eso lo más difícil.
No se si te entiendo. Hablo de un amor, no necesariamente de pareja, que crece entre dos personas a base de cuidado, mimo y tiempo. Puede ser el que siento por mi hija o por mis padres, o por mi hermana o por unos pocos buenos amigos o familia que, tanto ellos como yo, hemos dedicado mucho arte a construir la relación. Participan ambas personas aunque sea de diferente manera. Si no se busca esa complicidad es, desde mi pequeño punto de vista, pura teoría. Y me temo que soy una mujer muy practica.
Y amamos lo que encontramos, lo que nos asalta, lo que nos sorprende, lo que nunca soñamos que fuese posible. Lo amamos precisamente por su pureza, por que ha crecido sin nosotros, por que no lo hemos moldeado.
Es nuestra fuente fresca de asombro cotidiano.
Bicos.
No dudo de que sea amor también, pero yo hablaba de otro. Del amor que espera contigo en urgencias de un hospital, del amor que te ayuda a sacar adelante un problema, del amor que se pregunta si estas sola, del que te ayuda a morir (que dificil! Pero que diferente es no estar solo! Mi admiracion total y absoluta para aquellos que donan sus vidas para cuidar a otros) del que te llama para compartir la risa. Se construye despacio, requiere generosidad y dos partes. Es mucho mas raro y precioso y, a la vez, mas cotidiano. Quiero ponerle poesía a este porque es en el que creo, el unico que arranca de nosotros la soledad infinita, el unico que nos acompaña siempre.
Y la capacidad de amar no se agota con una persona, se manifiesta asi, pero es nuestra, es nuestro patrimonio.
Tienes razón y yo también hablaba de ese, aunque a veces no sea correspondido. Y no me refiero a que no tenga la misma capacidad de amar, si no a que sepa dejarse amar; quizá sea eso lo más difícil.
No se si te entiendo. Hablo de un amor, no necesariamente de pareja, que crece entre dos personas a base de cuidado, mimo y tiempo. Puede ser el que siento por mi hija o por mis padres, o por mi hermana o por unos pocos buenos amigos o familia que, tanto ellos como yo, hemos dedicado mucho arte a construir la relación. Participan ambas personas aunque sea de diferente manera. Si no se busca esa complicidad es, desde mi pequeño punto de vista, pura teoría. Y me temo que soy una mujer muy practica.