Cuando él llegaba te sentías acogida, protegida y llena de paz. Rodeada de su luz.
En su mirada había afecto, interés real por las personas y comprensión, muchísima comprensión. Y un puntito divertido.
Le gustaba navegar, disfrutaba hasta de los temporales. Qué entusiasmo le subía a los ojos!
Sé que nos está viendo en alguna parte, que nos cuidará, que sonreirá tranquilo.
Su alma está con nosotros y se queda en nuestro recuerdo.
Y en mi casa, una flor más, para que no se me olvide que debo parecerme más a él.
Amó y fue amado, el sol acarició su faz. (Adaptación de un verso de Amado Nervo).
Muy bonito Amalia, muchas gracias.
Un beso enorme
No le hace justicia ni de lejos. Ojalá supiera escribir mejor!
Otro beso grande para ti