Bal Mandir (2)

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Bal Mandir
Foto de Pablo Menéndez

Pablo Menéndez, coperante en Bal Mandir nos cuenta:

Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria (Artículo 26.1, Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por las Naciones Unidas el 10.12.1948).

En Bal Mandir hay 22 residentes con una diagnosis de discapacidad. Cinco de ellos entre 5 y 16 años de edad no están escolarizados ni reciben ningún tipo de educación estructurada.

100 euros al mes es el salario de un educador para estos cinco niños.

¿Se os ocurre algo?


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12 comentarios en «Bal Mandir (2)»

  1. Yo intentaria darle la mayor difusión posible, ya sé que no es nada más que un grano de arena en la inmensidad del oceano, pero grano a grano se llena el granero, decia mi abuelo, un fondo mensual en el que cada uno aporte lo que pueda? una fundación para crear este puesto de trabajo permanente?

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  2. Qué casualidad. El tema de esta temporada en la academia es Going to School, empezando con unas pelis cortas hechas por alumnos del proyecto «Going to School in India». Vamos a ver cómo vamos a incorporar información sobre este caso en nuestras unidades didácticas.

    Por mi parte, me apunto. Y por la academia, también.

    Saludos a todos,
    Ana

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  3. gracias. mi trabajo aquí ha tomado una dimensión bastante distinta gracias a como me han afectado los jóvenes sin escolarizar, especialmente estas tres adolescentes encantadoras con parálisis cerebral que llevan 11, 14 y 17 años mirando al techo. no tienen más más estimulación que la algarabía de los 16 bebés de 1 a 2 años con quienes (no sé muy bien por que) comparten habitación; las palabras, escasas pero amables, que les dedican las dos mujeres que las cuidan (que tienen dos dias de vacaciones al año, ganan al mes menos de lo que yo me gasto en una camiseta en las rebajas de zara, llevan 5 meses sin cobrar, duermen en camastros duros como granito en el mismo cuarto sucio y anteayer no daban crédito cuando les regalé una tableta de chocolate a cada una); el arroz en blanco que les dan todos los días (si viese un logopeda occidental como las alimentan tiradas en el suelo le daría un síncope) y algún insecto que vuele entre ellas y el techo. en cierto modo muy a mi pesar, ahora dedico una parte de mi tiempo en hablar con adultos intentando buscar la manera de que estas mujeres reciban una educación y fisioterapia, algo para mi terriblemente básico. en cuanto tenga un plan definido y realista os cuento

    un saludo desde katmandú

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  4. El tema es tan complicado como sencillo. No estaría mal buscar algún tipo de repercusión mediática (ionvolucrar a alguien y hacer un reportaje fotográfico) el fin justifica los medios. Creo que hay distintas posibilidades

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