Esta semana nos ha golpeado como una puñetazo en el estómago la noticia de una familia que ha muerto por comer alimentos caducados. Un padre, una madre y la hija mayor de 14 años.
Podría haber sido mi hija.
Me estremece pensar en unos padres que se ven obligados a dar alimentos en mal estado a sus hijos mientras a su alrededor en una auténtica orgía de consumo y derroche otros se dedican (mos?) a consumir sin medida.
Estoy harta, saturada, asqueada. De una puta vez hay que hacer algo.
Caducado está un sistema que permite esto.