Un libro sorprendente que crece página a página o, más bien, te envuelve si tienes la paciencia oriental de ir armando el puzzle, de ir deleitandote con cada pequeño detalle. Un relato a veces duro, muy duro, pero desde una perspectiva tan íntima que acabas sintiéndote tan cerca de los protagonistas! Especialmente de Nao, naochan, y de su bisabuela Jiko, tan sabia.
Reconozco haber pensado en dejarlo al principio pero sus últimas 200 páginas las he disfrutado muchísimo.
Recomendable, y mucho, para lectores de novela con paciencia.