No es que «El Elemento» de Ken Robinson me haya enseñado mucho de nuevo pero nunca está mal recordarlo para no cesar en la búsqueda.
Así que para empezar el año, os deseo que encontréis al menos «un elemento».
Yo no tengo dudas de que mi trabajo es uno, de que dididai es otro – se me pasan las horas sin darme cuenta- e incluso tengo media docena más de cosas que me hacen sentirme tan tan bien que pierdo la noción del tiempo, del cansancio. Horas que pasan rápidas y plenas.
Es un lujo, lo sé. Nunca dejéis de buscar vuestro «elemento». Nunca es tarde.