El superdebate

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La verdad que no lo vi, lo oí apenas mientras charlaba con un querido amigo que dice cosas mucho más interesantes. Sé que no está bien pasar así y que debería implicarme, pero hay tanto que cambiar que la pereza que me entra es invencible.

Os voy a decepcionar si os digo quién creo que perdió -ganar no ganó nadie- porque no es uno sólo. Son los dos. Desde mi punto de vista, la falta de imaginación y, sobre todo, de trabajo de fondo es un defecto que sufren ambos.

Me enferma un poco la cortedad de miras de todos los que han de dirigirnos, la continua búsqueda de lo que nos gusta oir, de los lugares comunes, el cortoplacismo miope en el que se mueven tan bien los dos.

¿Dónde está el proyecto de futuro? ¿En la revisión del pasado de Zapatero? ¿En las acusaciones de Rajoy? ¡Qué aburrimiento!

Quizá hay temas que me han parecido aún peor que otros. El tratamiento dado al problema de la inmigración tiene delito: oscilan entre vanagloriarse de quién deja entrar a menos (necesario se supone para parte de su público objetivo) y la necesaria «ternura» blandengue que hay que mostrar porque «pobrecitos son personas». A lo mejor soy yo la que está siendo ahora demasiado crítica.

En fin, que cuando hablan de economía y datos me sustraigo al menos a la inmoralidad complaciente en que vivimos -sí Verme, tienes razón- pero cuando hablan de personas digerirlo me cuesta más. Afortunadamente.

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4 comentarios en «El superdebate»

  1. En realidad no ha sido un debate, sino más bien un diálogo de sordos. Diría «de besugos» pero me dá miedo ofender a los besugos.
    Alguno de éstos dos nos gobernará a todos, millones de personas les darán permiso para hacerlo y ninguna de ellas será inmigrante.
    Por lo demás, hay cosas que es más sano no digerir nunca.

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  2. Entre juego de palabras y colores, me quedo con las corbatas…Zapatero con la azul y Rajoy con la roja. Puede que no tenga sentido lo que acabo de escribir, pero así estamos.
    Si en España aplica lo que en Estados Unidos a veces suele suceder, entonces la política de España podría funcionar de forma similar a la de USA. Un político una vez me dijo: «lo malo es que cuando arreglamos o hacemos algo bueno de un lado, por el otro se daña.»
    Así que, yo continúo con las corbatas.

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  3. Estoy básicamente de acuerdo con tu comentario salvo en dos cosas:

    1) Sobre «la revisión del pasado de Zapatero» es necesario entender que Rajoy está ahora en la oposición, pero formaba parte del Gobierno anterior. No es un candidato «sin pasado», y es perfectamente lógico que se le recuerde.

    2) La táctica de «emborronar» las elecciones y la política en general, es utilizada sistemátimente (y con éxito) por los neocon norteamericanos desde hace décadas. Está estudiado que cuanta más gente se quede sin ir a votar, mejores resultados obtienen. Aquí el PP hace lo mismo, porque sabe que funciona. Zapatero está donde está porque ganó las elecciones debido a la enorme movilización de voto que hubo, no a que votantes del PP votaran al PSOE (algo que no sucede de forma estadísticamente significativa en ninguna de las dos direcciones).

    Los votantes de izquierda votan fijo a su opción, los de derecha, también, a la suya. El problema es con una masa de bastante importancia que es sociopolíticamente de centro-izquierda (aquí y en Norteamérica) que si vota lo suele hacer a la izquierda, y que si no vota, hace ganar a la derecha. Si a ese electorado le haces decir «todos los políticos son iguales, la política es una mierda», gana la derecha.

    Y la derecha lo sabe y sigue la estrategia que hace que la gente opine eso: cuanto más llena de lodo y suciedad («emborronada») esté la política, mejor para ellos.

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  4. Me parece bien tu reflexión aunque la política está «realmente» emborronada, desde mi punto de vista.
    No he querido entrar a fondo en comentarios lamentables por ambas partes, que los hubo, pero ya que estamos ¿qué piensas del cuento de la niñita de Rajoy? Lo sé, soy mala malísima….

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