El tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos…Bueno, aún no tanto, pero acabo de estar de cumpleaños y eso siempre da qué pensar.
Este año me ha dado por romper las tradiciones, nada de fiesta o cena la noche anterior, estoy demasiado cansada y he llegado muy pasada de vueltas. Además, no se trata de disfrutar? Pues eso hicimos: los que pudimos nos fuimos al concierto de Chick Corea y Stanley Clarke. Reconozco que en algún momento la belleza de la música me emocionó y hasta se me humedecieron los ojos. Es la magia del directo.
Por otra parte, algunos no pudieron ir, pero los veré poco a poco, iremos compartiendo una taza de café con una tarta, una cañita y una charla.
Leía hace poco una de esas frases que suenan estandard pero en este caso me impresionó. Venía diciendo más o menos que nuestro presente es el resultado de las decisiones de nuestro pasado y lo que estamos haciendo en el presente decidirá nuestro futuro.
Todavía estoy pensando en la primera parte de la frase: qué he hecho bien, qué he decidido y qué ha decidido la vida por mi. Tengo para rato, me parece.
Y también pienso que hay cosas que han pasado porque sí, por accidente, sin nuestra influencia directa. Con esas sólo podemos aprender, sobrellevarlas, mantener la dignidad.
Cada vez que es mi cumpleaños me acuerdo de ti porque todos los de mi niñez los celebré contigo. Tuvimos una infancia maravillosa. Por eso me duelen especialmente los niños que no pueden tenerla: los niños de Dididai, los que viven en las calles de Katmandu y de muchas otras ciudades, los que están aterrados en Gaza, los que viven en la miseria cerca de nosotros.
No quiero entristecerme.
Pensaré en que cosas de mi pasado me han traído hasta aquí y pensaré qué presente quiero construir. El futuro…quién puede adivinarlo?