Uno lleva bastante bien estar enfadado con los demás, hasta a veces hay una energía en ese enfado que te empuja a moverte. Aún así, yo prefiero no enfadarme y en general se reducen a un «rosmar» un poco y como mucho ponerme seria, sin más.
El problema es, en mi caso, cuando me enfado conmigo misma. No sé porqué motivo, muchas veces en silencio como esta misma mañana, me reboto conmigo mucho más fuerte que con nadie.
Desde hace días he perdido mi concentración, mi energía y cometo errores que me crispan. Quizás, tan solo necesito unas vacaciones.