Se acaba el 2007, con el ratio de inflación más alto de los últimos años -hasta me parece un alivio que los ratios por fin empiecen a parecerse a la realidad-, el euribor machacándonos a la hora de pagar la hipoteca, la energía cada vez más cara y la jubilación a los 70 a la vuelta de la esquina.
¡Los países ricos somos así!
Porque en los otros les preocupa qué comer, la escalada del sida que ha dejado sin padres a una generación de niños, el regreso al poder de los extremistas que dejan sin derechos a gran parte de la población y la cantidad de gente que deja a sus familias subido a una patera porque aspiran a ser marginales en nuestro mundo.
Aún así, doy gracias al 2007, que me ha gustado mucho más que el 2006. Estos días he echado la mirada atrás y me he dado cuenta -en realidad doy gracias cada día- de que soy bastante feliz. Acabaré el año bailando y cantando, con purpurina en los ojos, en la frente y el escote y algo rojo para que me dé suerte.
Ya os contaré lo que espero del 2008, cuando lo piense.
Eso sí, para todos vosotros Feliz Feliz Feliz Fin de Año, de todo corazón.
… La quinta uva, creo, se me cayó al suelo pero pude rescatarla. ¿Significa esto que yo, aficionado a la bicicleta «finsemanera», me caeré en mayo? Espero ansioso opiniones al respecto.
Feliz Año Nuevo, Amalia. Feliz Año Nuevo para todos. Que en ese lienzo personal de ilusiones se plasmen todas vuestras inquietudes, por muy difíciles que sean. Estoy seguro que así será.
Besos