Así me ha llamado Beatriz. Y puede que esa sea mi vocación, por qué no. Pero, querida Beatriz, todas las monedas tienen cara y cruz. En «mi» filosofía no existe separado lo bueno de lo malo, ni siquiera tienen independencia mínima. Aceptarlo es parte de lo que lo hace más fácil.
Mira, soy de esa gente que no para. Hoy son las dos de la madrugada y dentro de cinco horas me habré levantado y estaré en marcha. Hago muchas cosas y, por suerte, con gusto. Disfruto.
Ahora, voy a contarte la cruz.
Al agotamiento «normal» físico o mental he llegado con frecuencia. Pero puedo sobrepasarlo. Este sábado por la tarde noche me sentía mal, me dolían los huesos, la cabeza, tenía ganas de vomitar, empezó a subir la fiebre y me notaba escalofriada.
No estaba enferma. Es mi cuerpo, su reacción, cuando empieza a llegar la extenuación.
Ahora ya me lo sé. Conseguí meterme pronto en la cama, no cené y dormí un poco más de lo normal y conseguí frenar los síntomas pero, en ocasiones, me ha subido la fiebre hasta delirar y levantarme empapada en sudor.
Sé que debo pagar ese peaje y acepto esa resistencia de mi cuerpo como una ventaja que hace que me ponga límites y mi mente no llegue tan lejos.
Hacedora, bonita palabra.
Cuidate Amalia, desde estas lejanías te necesito a tí con tus palabras y tus mensajes. Sigo adelante con mi libro y he comenzado a reconsiderar la palabra rutina (me espanta) leyendote a tí.! Asimismo me ayuda a nutrir los dialogos, las vivencias (lo del hotel de hielo de Marcos!!)y todo ese mundo que te rodea. Cariños. Beatriz
No creo ser tan activa como tú pero el insomnio sí se apodera de mí casi todas las noches lo que me permite dedicarme a otras cosas a altas horas de la noche y cierto, muy cierto es que cuando se hace varios días eso llega uno en que las piernas flaquean y el cuerpo empieza a temblar… es cuando parece que una tocó la raya y debe dar un pasito atrás. Entonces descanso con los ojos abiertos pues sigo sin poder dormir.
La diferencia es que en mi caso no es mi voluntad, más bien parece mi destino (o mi pesadilla) pero bueno…
Así que ahí va mi admiración por todo lo que eres capaz de hacer pero que ese esfuerzo y ganas de trabajar no mine tu salud, no vale la pena :).
Un besazo!