Isolina

| |

Ella se quedaba muchas veces conmigo cuando yo era pequeña, cuando mi madre trabajaba o mis padres se iban al cine.

Vivía en el piso de arriba con Juan, su marido, y con Juancito, su hijo, que se casó y se fue de casa siendo yo muy pequeña.

Isolina bajaba a buscarme y yo siempre decía que sí, que me iba a jugar a su casa. Y es que ir a su casa era ir a un universo maravilloso creado a mi medida. Vivían en el ático y en la parte más baja del tejado había como un desván con una puerta exactamente de mi tamaño. Allí te asabas al sol, pero era como mi casita de muñecas.

Ella y Juan me sentaban a merendar y después ella sacaba sus recuerdos y me contaba una historia de cada objeto que yo escuchaba embelesada: la primera vez que oí la palabra acerico fue en su boca.

Cuando mis padres salían, me quedaba allí hasta que ellos me bajaban dormida a casa. Ella me dejaba dormir en su cama y ponerme uno de sus camisones, en los que cabían diez niñas de tres años. Porque ella era bajita y gordita, redonda y de piel blanca, fina y suave. Juan, sin embargo, era delgado, alto y morenocho. También de carácter eran muy distintos.

Hoy he lamentado no haberla visto en los últimos años. Creo que la última vez que fui a visitarla -ni ella ni yo vivvimos en la casa de antes- fue cuando murió Juan y de eso hace un montón.

Hoy he sabido que hace dos semanas que murió. Donde estés quiero que sepas cuánto te quise y cuántos amables y buenos recuerdos he guardado de ti. Vuestro amor me ha ayudado a crecer mejor. Un millón de gracias.

1, 'include' => $prevPost->ID, 'post_type' => $post_type, ); $prevPost = get_posts($args); foreach ($prevPost as $post) { setup_postdata($post); ?>

1, 'include' => $nextPost->ID, 'post_type' => $post_type, ); $nextPost = get_posts($args); foreach ( $nextPost as $post ) { setup_postdata($post); ?>

Deja un comentario