Más catálogo: filosofía

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Me gustan las matemáticas y la filosofía, así empezó una entrevista de trabajo alguien que hoy es amiguete. A mi también, respondí, pero necesitan tanta «dedicación»….

Hay filósofos «abstractos» que a mi me han servido como una especie de juego (sí, como el desarrollo de teoremas en matemáticas), como un ejercicio para ver adónde me lleva mi abstracción. Hay filósofos «prácticos», que intentan enseñar a vivir.

Dentro de este grupo, varios han escrito libros «de cabecera», a los que recurro en busca de respuestas.

Especial influencia ha tenido en mi Epicuro, con sus Obras Completas (que nadie se asuste, se ha perdido casi todo, es un libro muy cortito). En mi opinión, a Epicuro se le ha tratado mal, quizá porque la falta de sinónimos en castellano ha empobrecido las traducciones. O por mala leche, no lo sé.

La cuestión es que a mi me parece un hombre extremadamente sensato, que llega mucho más lejos de la consabida búsqueda del placer en la que todo el mundo parece encasillarle, y nada cómodo de seguir. Exige un gran autodominio, capacidad que no me canso de ejercitar con pobres resultados.

Reivindico que se lean a Epicuro antes de criticarlo. Ya lo pedí al hablar de la encíclica papal. Pido eso de lo que hablábamos ayer en el fondo: criterio propio. Los prejuicios no son ni buenos ni malos, de acuerdo, son necesarios, de acuerdo, pero que sean-los-míos-porque-yo-he-querido-que-estén-ahí, que nadie me los introduzca en el cerebro sin más.

Bueno, que me desvío, unos trocitos de sus Sentencias Vaticanas (hay más dispersos por este blog) y que cada uno juzgue.

Una crítica, de las muchas que hace, a la ambición de riquezas:

Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco

Una crítica al no saber vivir:

También en la moderación hay un término medio, y quien no da con él es víctima de un error parecido al que se excede por desenfreno

El mejor consejo que te pueden dar:

Debemos curar nuestras desgracias mediante una buena disposición de ánimo hacia los bienes perdidos, y comprendiendo que no nos es dado hacer que no se cumpla lo que ya ha tenido lugar

Antes en este blog: Epicuro

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4 comentarios en «Más catálogo: filosofía»

  1. sé que las obras de epicuro son breves porque he visto el libro en la mesa de alguien que aún no lo había leído. Epicuro espera con paciencia. También sé que es breve, porque no podría ser demasiado larga… De Epicuro me gusta ese poso de orientalidad en la satisfacción por el camino de no ambicionar. Ese áurea mediocritas tan dulce del vivir a gusto con uno mismo. Esa calma que tiene su propio nombre: epicuro.
    No sé si es con motivo, porque soy bastante ignorante, pero lo tengo en la misma parte del cerebro que Stuart Mill… ese que defendía que la felicidad de uno mismo, ese punto de egoísmo, es útil para los demás (así resumido en exceso). Y es que ser feliz, o ser discretamente feliz con lo que se es, verdaderamente es beneficioso para los otros. Y sino, no habéis sentido nunca el efecto balsámico de estar junto a alguien que sonríe y paladea su vida?

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  2. Mis libros dan vueltas por ahí.

    Como Epicuro, tengo paciencia. Y sí, la paz suele estar en vivir de acuerdo a uno mismo. Y esto, en muchos casos, significa no hacerlo de acuerdo a los demás. No hay que tener miedo. Y en esto enlazo con Stuart Mill y su utilitarismo, que también me gusta.

    Una amiga también decía: «De lo que no se tiene, no se puede dar. Si tú no eres feliz, no podrás dar felicidad»

    No sé si estar de acuerdo.

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