Aunque para muchos el símbolo de París es la Torre Eiffel, yo me voy a quedar con Nôtre Dame. Hace muchos años, en mi primera visita, me quedé enganchada del rosetón del lado oeste, de las naves nervadas y elevadas, de esa clara transmisión que hace de cómo la piedra aspira a crecer y llegar a Dios.
En mi última visita disfruté aún más si cabe que en las anteriores porque -como me pasó en su día en la catedral de Winchester- casualmente había un coro cantando y siempre me emociona la música bien elaborada e interpretada en el marco de esas catedrales incomparables, me recuerda que el hombre puede hacer cosas tremendamente bellas.
Empezaron con el Insanae et vanae curae de Haydn, que tan solemne suena y continuaron con el maravilloso Chistus factus est de Bruckner. Me acordé de Leiter, claro. ¡Qué forma de disfrutar! Acabé casi no viendo a todos los turistas en pantalón corto de alrededor. ¡Anda! Pero si yo era uno de ellos…
PD.- Siento escribir tan poco pero es que el mes de julio está siendo muy trabajoso. Eso es bueno, o por lo menos no es malo, pero es muy cansado.
Probablemente sean las catedrales los edificios hechos por el hombre que más se prestan a la meditación y al silencio, al encuentro con esa paz interior, ya sea gracias a la religión, a la música o a la simple contenplación de la belleza.
Pero hay otras catedrales menos frias que las de piedra…
Un día te regalaré una caja de tipógrafo con suficientes letras para escribir lo que sientas, tampoco estaría mal una de relojero para que frabriques el tiempo que no tienes.
Ya te echaba de menos…
La pieza de Bruckner, impresionante.
Fíjate que a mí me tira más el románico, pero he de reconocer que Notre-Dame es una de las mayores joyas del gótico.
Lo importante es que hayas disfrutado. Que julio siga siendo igual de atareado. Como dices, eso no es malo.
Besos, muchos besos
Lizard, ya se nota que me conoces muy bien porque esos dos regalos son muy adecuados.
Leiter, yo era de románico pero el gótico me ha conquistado.
Yo también os echaba de menos.
Besos