Lo cierto es que estos días las frases que más oigo son «caen como moscas» (respecto de las empresas que cierran), «esta semana me han despedido» (gente extremadamente cualificada en muchos casos) y «si esto no cambia, al final de la temporada tendré que cerrar».
La tristeza y el pesimismo se instalan en nuestras familias, en las de nuestros amigos. Todos necesitamos apoyo en algún momento y la solidaridad se hace necesaria.
Todos hemos recortado lo recortable, los pensionistas ya pagan gran parte de su medicación y medimos la compra de unos zapatos como una inversión. Ajustar más los costes empieza a ser imposible.
Y qué nos queda? Tirar de la imaginación, del conocimiento acumulado y pensar, pensar en qué podemos hacer, qué podemos crear. Toda esta crisis también supone oportunidades: recursos muy baratos para los que puedan pagarlos. Máquinas de segunda mano a un precio ridículo, profesionales muy preparados dispuestos a trabajar el doble por la mitad.
Es el momento de crear.