La persona sabia vive como el agua. El agua
sirve a todos los seres y no exige nada para sí. El
agua permanece más bajo que todos. Y en esto es
parecida a Tao.
La vida debe seguir el principio de la naturalidad.
¡Sigue el sendero del corazón! ¡Sé afable!
¡Di sólo la verdad!
¡Dirige observando el principio de mantener la
tranquilidad!
Cada acción debe ser factible y oportuna.
Quien no procura estar delante de los otros puede evitar muchos errores.