Yo pasaba una mala temporada. Reivindicarme siempre se me dió mal pero esta vez no tenía opción. En realidad, aunque no lo vaya a reconocer nadie, no me dejaron otra. Volver a urgencias, a los problemas de estómago, al estrés por la nubes, o cambiar.
Volvía en tren de Vigo tras un día muy intenso y largo: 4 horas de clase, casi no comer, conversaciones pesadas, perder un tren- un amigo me llevó en el Santiago Vigo- estar estupenda para una reunión. Estaba agotada.
Me senté a su lado porque mi billete estaba numerado y él estaba sentado en mi sitio. No le dije nada.
Su aspecto me pareció inclasificable, aunque es verdad que no lo observé con atención porque iba hablando por teléfono.
Soy sociable en general pero es verdad que no iba con ganas de charla y afortunadamente parecía que mi compañero de viaje no era de los que se enrollan.
Aún así, hice la típica pregunta de ¿dónde estamos? en la primera parada. Me contestó muy seco. Bien, mejor así, pensé.
Pero entonces empezó a hablar.
Me contó porqué viajaba en tren. Le hice apenas un par de preguntas y me contó muchas pequeñas cosas de su vida, mirándome desde los ojos azules más penetrantes que haya visto jamás.
Y de repente estaba hablando como si estuviera dentro de mi y me viese por dentro: nos imponemos obligaciones, pero no las tenemos. Sólo hay una obligación fundamental: hacernos felices a nosotros mismos. Además es la unica manera de hacer felices a los demás. Tienes derecho a revindicar tu felicidad, a vivir tranquila, los demás no deben imponerte su ritmo, no les dejes.
Trato de resumirlo, aunque no fue exactamente así. Hablamos durante una hora, de pie, al lado de la puerta. Estaba ahí para mi.
Doy gracias a la vida, de nuevo.
ARTtítere'09 SPAGHETTI TÍTERES "Cinco historias para una mano" Viernes 7 de Agosto on Vimeo on Vimeo
vía ARTtítere’09 SPAGHETTI TÍTERES «Cinco historias para una mano» Viernes 7 de Agosto on Vimeo.