A mano amada,
cuando la noche impone su costumbre de insomnio
y convierte
cada minuto en el aniversario
de todos los sucesos de una vida;allí,
en la esquina más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,los recuerdos me asaltan.
Unos empuñan tu mirada verde,
otros
apoyan en mi espalda
el alma blanca de un lejano sueño,
y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!,
me reclaman.Reconozco los rostros.
No hurto el cuerpo.Cierro los ojos para ver
y siento
que me apuñalan fría,
justamente,
con ese hierro viejo:
la memoria.
Y diréis que tengo adicción a Ángel González, y tendréis razón…
Y tendremos razón, claro. Y tú harás muy bien en seguirlo consumiendo. Y nosotros, de vez en cuando, te pediremos un poco, un poco más de tu Ángel, para compartir contigo.
Hay varios poemas suyos por el blog, incluso repetí éste cuando falleció. Es uno de mis poetas favoritos, sin duda.
Pues que siga esa adicción
Besos, muchos besos
El poema es muy bello, y no me canso nunca de mirar esta foto
Besos a los dos. Gracias