Anemia

Bueno, parece que eso es lo que tengo ahora. Aunque hoy me he levantado como si ya no tuviera la bola atada al tobillo, como si pudiera reflotar. Qué gusto! Porque nadie sabe el esfuerzo que me estaba costando salir de casa, moverme, pensar, leer!….

Y pensaba yo que nunca me había dado así como ahora, con tanto mareo, con tanto dolor de cabeza,  y releyéndome a mi misma, resulta que hace cuatro años escribí lo mismo:

Está el cansancio- agotamiento. Ese en que el problema físico arrastra a tu mente y no puedes evitarlo aunque lo sepas. Te pones a luchar contra él con todas tus armas: duermes y no mejora, comes en casa y tampoco, bajas el ritmo y sigue ahí. Te sigues “obligando” a hacer las tareas, desgastándote. No es tan grave como para salirte de la rueda, ni tan leve que no te mine. De vez en cuando te dan mareos, el cerebro se niega a seguir y un rato después coges esas pequeñas fuerzas de nuevo y adelante. Prevés la recaída, la anticipas y apuras el instante de fuerzas al límite. Este cansancio requiere aprender a planear, paciencia y ayuda (por ejemplo, pastillas de hierro para la anemia en mi caso y quizás vitaminas en el tuyo).

Y como en estos cuatro años no he hecho bien los deberes (tengo anemia desde los ocho años, ya debería de saber) pues resulta que estoy peor, claro. Eso sí, tengo testigos de que, salvo cuando me da el bajón, intento seguir con mi vida normal, porque la anemia va a durar unas cuantas semanas, me ponga yo como me ponga, así que mejor llevarla con optimismo y con ayuda. Muchas gracias por la paciencia (sé que estoy impaciente, irritable y hasta más triste), la compañia y el apoyo.

Esto está superado y ya vais a tener que soportarme a tope de energía, más aún que siempre, porque ahora, queridos niños: duermo, duermo mucho…casi ocho horas.

Os dejo un tema precioso, Wild is the wind, de Esperanza Spalding. Un lujazo. Muchas gracias, Lizard por acercármelo!