Baño relajante

Un buen baño es una de las mejores recetas para dormir bien (nada de duchas, que espabilen, eh?).

Dicen que depende del grupo sanguíneo el que te vaya bien o no. No lo sé, ni siquiera recuerdo bien el mío, pero tiene rh positivo, eso seguro (cualquier madre sabe eso).

La cosa es ponerlo templado tirando a calentito (algo más de 30 grados) y aliñar el agua con hierbas relajantes. En mi caso, siempre le pongo aceite de lavanda, sales con el mismo aroma  (si no tienes, sirve la sal gorda) y , muchas veces, un toque de rosa porque me gusta el rastro que me deja en la piel. Si no tengo aceite de la lavanda le pongo de romero, aunque reconozco que convence menos el olor. Pero como relajantes, ambos son estupendos.

Pues pon luz tenue, música suavecita (brasileña?) y durante los primeros minutos déjate hundir en la bañera, navega tranquila. Cuando ya estás bien relajadita, mímate: exfolia bien, frota suavecito, reactiva pero muy suavemente. Diez minutos y arriba, eh? Jamás más de veinte en total.

Sécate bien. Hay quien se pone cremas hidratantes. La verdad que con el mejunje de aceites en el que me suelo meter -no os lo he dicho verdad? mi truco es que siempre pongo aceite de argán, mi básico en aceites, aromatizado agradablemente – , me parece un desperdicio perder ese rico aroma con cremas.

Ponte un pijama, una infusión calentita y a dormir.

Bem que se quis de Marisa Monte