¿Quién no lo ha sufrido alguna vez? ¿quién no lo ha hecho o ha tenido la tentación de hacerlo?
Dicen los psicólogos que el chantaje emocional se debe a un problema en la capacidad de amar, a que el individuo se centra más en el yo que en el tú. Si lo utilizas habitualmente, claro.
Distingue Susan Forward en su libro Chantaje Emocional, cuatro tipos de chantajistas. Seguro que podréis reconocerlos y hasta poner ejemplos:
El castigador de los demás, el que dice “ya no te quiero” como si fuese una sentencia. Tuve un amigo así: dejaba de quererte si ibas a la playa con alguien, si no le llamabas de primero, si le decías algo mínimamente crítico. Un calvario para mi mejor amiga y para mi, hasta que dejamos de hacerle caso y…se fue a chantajear a otros. Esta modalidad seguramente la he utilizado algunas veces.
El castigador de sí mismo, que dice que se hará daño si no le haces caso. Ese fue un ex novio. Buff, utilizaba todo el repertorio de amenazas para mantenerte preocupada, hasta que un día te das cuenta de que no pasará nada si no le haces caso. Así supongo que fue. Esta manera no es la mía, desde luego.
La víctima, aquel que calla hasta que te dés cuenta de lo que sufre por lo mal que le has tratado. No soporto las adivinanzas, que la gente no se exprese con normalidad. Es el tipo de chantaje del que más fácil me resulta pasar, pero no siempre fue así. Es un aprendizaje reciente. Por mi parte, si pudiera callarme un rato, probaría.
El provocador, que promete cariño si se hace lo que él quiere. Hummm, un manipulador… esto es más sutil. Conozco a muchos que tienen un aire…Sin duda, soy de estos: chantajista con visualización positiva.
Voy a animarme con los ejemplos
El castigador de los demas; un sadico
El castigador de si mismo, tambien llamado masoquista aunque suele delegar la tarea, pertenecen a esta categoria los seguidores del Atletico de Madrid, los que apuestan que España va a ganar Eurovisión, los que compran esos libros de «Como adelgazar a base de tortilla, pizza, cocido y helados» el que responde a la mujer cuando ella pregunta ¿no me ves un poco mas gorda» (cuando responde sinceramente tambien es conocido como gilipollas)
La victima, uno de los conyugues en la boda, uno de los ex-conyugues en el divorcio, el cliente en un banco, el tomador en la poliza de seguro, el novato en una empresa…..
El provocador, cualquier cuñado en la cena de navidad
Bufff!!! Qué peligro tienes!!! Me quedo con un poco de cada uno para utilizar según me convenga. Gracias.
Yo viví con una persona así e hizo mi vida un inferno, todos esos chantajes los conozco menos el de víctima… bueno el de vícitima que te recuerda todos los días que lo es.
Cuando todos dejaron de hacer efecto, llevó «El castigador de si mismo» hasta su últimas consecuencias y casi consigue matarse. Esa fue la última vez que me vió, claro.
No puedo utilizar ninguno y ya no dejo que utilicen ninguno conmigo. Prefiero usar la convicción o la persuasión.
Pablo, jajaja, muy buenos ejemplos. Te cedo un espacio para que te expliques mejor.
Rbr, tú ya sabes lo suficiente….
Lo sé, Perdido, lo leí en tu blog. Tuvo que ser muy muy duro. Entiendo tu postura actual.
No, no fue tan duro, fue sólo un susto y, sobre todo, fue una liberación.
También es que no tengo falta de capacidad para amar, me quiero mucho 😉 y al que no convenzo, no lo chantajeo, lo mando a la porra, él/ella se lo pierde 🙂