Corazón partío

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Ese proyecto de favorecer a las empresas que integren en su dirección a mujeres hace que me contradiga a mi misma.

Por una parte, odio las obligatoriedades. Desde mi punto de vista, sobran leyes y falta educación, sentido común y reflexión.

Por otra parte, la discriminación es injusticia y debe acabarse con ella. Sea la que sea.

No me encuentro puntos de acuerdo enfocando así el problema. Sólo llego a un pacto conmigo misma cuando me salgo por la tangente: hay que reinventar lo que es ser un directivo – incluso llegar más allá y dar libertad económica y emocional para serlo o no-, volver a los valores originales. De acuerdo con ellos, una mujer no estaría discriminada.

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9 comentarios en «Corazón partío»

  1. Yo no creo en los decretos y sí en la educación. Toda una generación de tiburones tendrá que desaparecer para que estas cosas cambien. Tiburones de la política, de la banca, de la empresa, del deporte… ¿Lo veremos?

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  2. Tengo una compañera, que una noche electoral, me confesó que se sentía una cuota.

    También tengo que decir que es una tía muy buena en su trabajo y se lo merecía, independientemente de cuotas, pero ¿no hemos hablado de esto…? Yo creo que en el momento que se ponen cuotas, se discrimina; ¿Y si, en un suponer, los hombres estuvieramos enajenados y el Congreso o cualquier parlamento estuviese ocupado por mujeres?

    ANIMO CHICAS AL PODER, PERO NO PIDAIS CUOTAS QUE SE OS CUELAN HOMBRES MALOS, MALOS ,MALOS.

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  3. Comparto tus dudas, Amalia. Hay mucha gente que defiende ese tipo de discriminaciones. Y como suele ser gente sensata y con argumentos, cada vez que sale el tema, intento replanteármelo. El caso es que no consigo que me convenzan.

    Está la incómoda sensación de “sentirse cuota”, como decís. Está la sensación todavía peor de que los demás te consideren cuota y te traten en consecuencia. Está mi confianza en que la solución es cuestión de tiempo y de verdadera igualdad de oportunidades.

    Pero, sobre todo, está una especie de repugnancia moral que me produce el hecho de arreglar la discriminación a base de discriminación. Puede que globalmente dé buenos resultados, pero tiene que producir muchas injusticias individuales que no nos podemos permitir. Y el fin no justifica los medios. O eso creo.

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  4. Creo que de lo que hablan es de «favorecer» a empresas que tengan en su dirección a mujeres, no de establecer cuotas. Tambien se favorece a las empresas en determinados tipos de contrato para colectivos especialmente discriminados a la hora de buscar empleo (parados de larga duración, mayores de 45 años, discapacitados….). No comparo la situación de las mujeres con la de estos colectivos (no me entendais mal) pero es cierto que existe discriminación hacia las mujeres en puestos directivos. Y si el problema existe me parece correcto que se intente atajarlo.

    Lo que se establece no es una cuota, es un incentivo, porque parece que para las empresas no es suficiente echar un vistazo a los curriculos de las universitarias frente al de los universitarios. El problema es educacional, y como dice Peter, es educando como se corrigirá. A mi me parece un buen método pedagógico educar a base de incentivos.

    Hola de nuevo.

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  5. Pues creo que Almudena ha encontrado lo que realmente siento: repugnancia moral a rreglar con discriminación la discriminación.
    De todas formas hay otro punto en mi reflexión, muy de pasada, eso sí: hasta qué punto no sería deseable que se valoraran más otras cosas: por ejemplo, imaginemos que la vivienda es más barata y una hipoteca se paga en 10 años. Eso da una libertad económica y, por lo tanto, personal tremenda. Quizá en esa situación una pareja con hijos, por poner un ejemplo, podría elegir que uno de ellos no trabaje durante unos años.
    Quiero decir, que quizá los incentivos deberían de ir hacia ahí, para darnos más capacidad de elegir.

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  6. Ya está pasando, Amalia, conozco matrimonios jovenes que por acceder a una vivienda, uno deja de trabajar y entran en las condiciones sociales para poder adquirir una vivienda digna. Suelen dejar de trabajar ellas. Será siempre discriminatorio.

    Yo pienso que la naturalidad hace más que cualquier ley por la igualdad.

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  7. A mí esto de la discriminación positiva me provoca posiciones encontradas. No digo que en algún caso concreto haya sido positivo pero combatir, como han dicho en otros comentario, la discriminación con discriminación no parece la mejor forma. Como tú dices, educación, educación, educación desde peques, y sentido común (que anda algo escaso) deberían ser las bazas pero claro por muy injusto que uno sea, quien cree no disponer de sentido común?…
    Este tema daría para hablar largo y tendido…

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