
Probablemente mis circunstancias personales objetivamente no debieran estar favoreciendo el que estas vacaciones que se avecinan sean las mejores, pero no puedo evitar, a pesar de los pesares, estar pensando en estos días de asueto con deleite.
Y no creáis que mis planes son especiales: apenas varios buenos libros, un poco de sol, unos paseos por mi playa favorita y alguna cenita de buena charla con buenos amigos.
Pero me parece un planazo desayunar o comer al aire libre y hoy ya he preparado mesa y sillas y lavado cojines para que todo esté a punto, he puesto mimo en que todo me resulte agradable.
Es una forma placentera de pensar en los días que vienen, y disfruto con esa anticipación como bien le explicaba el Principito al Zorro.
Mañana haré la compra y pienso regalarme las cosas que me gustan: un café aromático y denso, un chocolate negro y amargo y un magnífico libro.
Sí, realmente me deleito pensando en cada pequeño detalle.
Así que puede que escriba varios post cada día, o puede que no escriba ninguno. Por si acaso, disfrutad y sed buenos.
¡Y unos churros con el chocolate, por favor!
Sí, si llueve, con churros. En La Bola de Oro y en el Avenida son impresionantes, nada aceitosos.
La verdad es que no es para quejarse, donde hay que firmar…No va a llover o sea que olvídense de los churros.