Florencia

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Esta tarde me ha llamado un cliente que está de vacaciones en Italia. Salía de Florencia hacia Venecia y, de repente, me he visto transportada allí, a una terracita en la plaza del Il Duomo, subiendo las miles de escaleras del campanario, visitando la tumba de Miguel Angel o admirando a Giotto en Santa María Novella y, mi principal frustración, haciendo cola sin poder entrar en el Palazzio dei Ufficci para ver el Nacimiento de Venus, por ejemplo.

He estado dos veces en Florencia, de formas muy diferentes, y ninguno de los dos viajes fue a mi estilo: la primera vez muchos sitios en poco tiempo, un atracón , aunque me sirvió para saber adonde debo volver; y la segunda demasiado organizado (aunque tengo que agradecer las excelentes explicaciones de la guía que nos acompañó).

Pero la belleza de la Toscana y de Florencia se imponen a cualquier inconveniente e incomodidad y cuando recuerdo esos días sólo veo mis ojos y mi alma llenos de belleza, de colores y de maravillas. Uno puede volver a querer a la humanidad por muy descreido que esté si va a Florencia.

Sé que debo volver, pero no de cualquier manera, sino organizando la visita a mi manera, tranquila, quizá sola, para poder paladear una y otra vez cada maravilla.

Un día de estos, uno cualquiera….Sí, me muero de ganas de volver.

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7 comentarios en «Florencia»

  1. Siento tener que recordarte que Florencia también fue cuna de la peste negra, de las luchas exquisitas de los Albizzi contra los Medici – a expensas como siempre del populacho -, de la quema en la hoguera del monje Savonarola y, enfin, del universo particular de Maquiavelo. No. Seguiré siendo descreído:(

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  2. Yo seré de los que te animen a volver siempre que puedas a Florencia.

    Por favor, y creo repetirme con el tema: La Galería Dei Uffizi es IMPRESCINDIBLE. Ya sabes, madrugar o trasnochar, esa es la cuestión.

    Besos, muchos besos.

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  3. Sí Florencia fue todo eso y supongo que por eso el resultado es tan hermoso. Con las ciudades pasa lo mismo que con las personas, las más interesantes son las que tienen historia y si, además, la han resuelto bien son hermosas.
    Leiter, trasnochar, siempre trasnochar, jajaja. Desde luego que volveré y para verla, pero quiero organizar ese viaje con cuidado y hacerlo lento, con tiempo…
    Besos a los dos

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  4. Es un pecado visitar Florencia, requiere más. Es como si al amor de tu vida le das unos besos y te vas, no tienes que a amarla, hacerle el amor todos los días, sin prisas, con todos los sentidos.
    Justo en frente Palacio Pitti abre sus puertas el Café Pitti es un sitio perfecto para descubrir esa magia que tienen algunas ciudades, especialmente a la noche, con una cocina y música sublimes. Os recomiendo visitarlo con la persona amada…si no id dispustos a sangrar a la luz de las velas.

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  5. Recuerdo estar viendo Florencia, allí asomada a un puente vecchio y ser consciente de que no me estaba gustando. Mirar con insistencia y saber que me estaba equivocando, que no estaba sabiendo mirar. Ahora, pasado el tiempo, sé que tengo que volver. Que el cansancio y tal vez la compañía (por qué no decirlo) no valían para estar allí. También recuerdo la emoción al ver a Venus, yo sí que pude entrar. Y la sorpresa del Duomo como una aparición. Tengo que volver para mirar bien. Para disfrutar.
    De todas formas, con todo lo que está pasando, no creo que haya nada capaz de reconciliarme con el mundo. En eso estoy con gustave. Pero, bueno, supongo que es otro tema…

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  6. Lo que está claro, Pau, es que ni tú ni yo hemos visitado Florencia como propone Lizard, porque sino lo tendríamos más claro :-). Es decir, según propone él, ya sabes con quién tienes que repetir! Suena genial así como lo cuenta, ¿no? Nunca había pensado en Florencia en términos tan sugerentes, Lizard.
    hay motivos para el pesimismo, como bien dices y también se deduce del comentario de Gustave, pero ¿cuándo ha servido el pesimismo para algo? sirve al análisis, el trabajo, y, ¡sí! el optimismo, claro. Tienes de sobra, así que sigue usándolo así de bien.
    Besos

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