Ayer por la noche vimos una y corrimos a llamar a los niños para que pudieran verla.Ahora son tan raras…casi exóticas.
¡Cuánto ha cambiado la vida!Cuando éramos pequeños las había a montones. Las mirábamos alumbrar al borde del camino, guiándonos. Intentábamos cogerlas sin que se apagasen y las llevábamos en la palma de la mano.
Y los grillos….a montones en jaulitas blancas y verdes en las que metíamos hojitas entre los barrotes.
La última vez que vi una tendría unos 6 años. Fué en la alpujarra. Fue mágico. Yo era un niño que no estaba acostumbrado al campo ….
Que poquitas.
A mi me parecen una pequeña maravilla y me encanta que me alumbren el camino por la noche.