Es inevitable leer, opinar e indignarse al leer la cadena de errores judiciales que han llevado al desastre. Ya se ha dicho mucho y muy cualificado, así que sólo me gustaría llamar la atención sobre dos aspectos concretos.
En primer lugar, sobre la enorme credibilidad que tiene el padre de Mari Luz cuando ahora pide responsabilidades, jurídicas y políticas. Un hombre que ha mantenido de tal manera la serenidad y abanderado la justicia ante todo, pide ahora responsabilidades. Espero que los medios de comunicación le apoyen. Su dolor, su ejemplo al evitar la revancha y la venganza así lo merecen.
Por otra, este debate de si la justicia es lenta, que si no tiene medios….Yo no me atrevo a juzgar tal cosa -aunque como seguramente muchos de vosotros asocio mentalmente ser funcionario de justicia con trabajar poco, generalización probablemente injusta- pero sí a apuntar una reflexión: todas las personas sensatas y con un mínimo interés por nuestro trabajo usamos las prioridades para trabajar, casi nunca nos da tiempo a hacerlo todo, así que sacas lo más importante y lo más urgente. ¿A alguien le parece que este caso no era prioritario? ¿Que es preferible aplicar los juicios rápidos aun señor con unas copas de más (que me parece bien que se le frene, ¿eh?) o a un padre que le ha dado un cachete a su hijo adolescente? Pienso que estamos locos, y que si hay que escoger, que parece que sí, pues que metan a estos pederastas en la cárcel, hombre, no lo duden.
Esa niñita no se merece que oigamos tantas tonterías y nos las traguemos.
Totalmente de acuerdo con tu reflexión, Amalia. La sociedad debe protegerse frente a la actitud de unos seres que, aparte de ser unos criminales, son también unos enfermos. Cárcel o reformatorio, lo mismo me da. Mariluz es la hija de todos nosotros.
Lo más triste es observar como en la pasada legislatura TODOS los partidos políticos se han tirado los trastos a la cabeza para colocar a sus adláteres en las esferas de influencia judiciales. Y mientras, el desgraciado ese de Huelva campando a sus anchas, pese a dos sentencias que apuntaban a su inminente ingreso en prisión. Patético.
Mi total solidaridad y apoyo al padre de Mariluz. Parece mentira como este buen hombre tiene todavía condiciones anímicas para tratar de ser objetivo. Mi aplauso y mi admiración.
También estoy de acuerdo con tu reflexión, Amalia. Y lo terrible es que no es algo que suceda una vez y que se pueda culpar a un cúmulo de errores fatal.. esto ya ha pasado más veces. Estos «errores judiciales» ya han sucedido en otras ocasiones. Recuerdo hace unos años otro caso terrible cometido no sé si durante un permiso carcelario…