Así se llamaba la casa de Turismo Rural en la que hicimos noche. Está en Amoeiro, a dos kilómetros de Pazos de Borbén y a escasos diez minutos de Redondela.
Es una bonita casa, pero sobre todo tiene un pequeño pero agradable jardín, un estupendo desayuno y, lo mejor, un trato encantador. Me han quedado ganas de pasarme unos días allí cuando abran esa piscina abrigadita del viento.
Además, la aldea es tranquila, muy curriña y tiene una «Taberna Rodríguez» que hizo las delicias de mis compañeros de excursión.
Lo único que da pena son esos bosques quemados, esa destrucción de parajes que antes uno imagina hermosísimos. Hicimos nuestra ruta entre los carballos -robles- calcinados y las vistas eran estupendas, pero… Esperemos que se regenere pronto.
Todos los datos podéis encontrarlos en la web de Turgalicia
Porque no, yo me apunto unos días, pero creo que si voy se acabó la paz y la tranquilidad.
Siempre se aprende algo de los posts interesantes! Gracias 😉