A veces cuánto duelen, a veces cuánto darías por no haberlas leído, por no haberlas escuchado o, peor aún, pronunciado. A veces salen de nosotros sin pensar, o sin sentir, producto de nuestros miedos y de nuestras contradicciones y llegan al otro y se clavan y hacen heridas.
Las heridas de las palabras son difícles de curar. A veces no basta con otras que las cubran, aunque ayuden a cicatrizar.
En esos momentos amo el silencio.
Sin embargo, a veces las palabras son necesarias, precisas, tiernas o divertidas. A veces curan el alma, sobre todo si llegan desde la cercanía de otro corazón que entiende.
A veces, devuelven la esperanza, dan ánimo, o transportan a lugares desconocidos.
Sí, aunque una imagen o un hecho valen más que mil palabras, a veces son necesarias.
Os dejo con Serrat y sus Paraules d´Amor . Una de mis canciones favoritas desde hace años y que prefiero en catalán además.
Las palabras son el auténtico bálsamo de Fierebrás. Pueden curarlo todo. Supongo que también pueden estropearlo todo. Bjs.
Creo que escribí esto porque pensaba en tu último post. En el fondo y en la forma, todo precioso.
Las palabras…nos gustan mucho a ti y a mi, verdad? Pero sí, te aseguro que pueden romperlo todo también. Son poderosas.
Sí a todo, en idioma pc. Recordé el post al leerte y las palabras son poderosas. Nos gustan, porque construyen el mundo. beijinhos.