A unos pingüinos suecos, machos, los dejaron solos en el zoo. No les quedó otra y probaron, y les gustó. Ahora no hacen caso a las hembras que les han traido. Además, dicen, que ellas son retraídas y que no están en época de celo.
¿Qué hacer con los pingüinos? ¿las pondrán a ellas a tratamiento psicológico después de tan dura experiencia? ¿se convertirán en lesbianas con bigote?
Es que desde luego!!
¡¡A quién se le ocurre darle la oportunidad de homosexualizarse a unos bichos que ya de por sí tienen pluma!!
No sé que se esperaban.
Ahora veremos si los pingüinos homosex son capaces de reproducirse por aburrimiento.
En este blog no escriben- leen chicas, está claro. A ver, me aclaro: ellos se lo pasan bien. ELLAS tendrán problemas!