A San Antonio como es un santo casamentero
pidendo en matrimonio le agobian tanto
que yo no quiero pedir al santo
más que un amor sincero.*
Hoy martes y trece, San Antonio, es el día límite para comer las cerezas tranquilos, sin encontrar bicho.
Y para mi, el pistoletazo de salida de las fiestas de verano. A partir de ahora ya no habrá parroquia de los alrededores que se precie que no tenga su verbena y su procesión.
Desde hace unas semanas estoy ya viviendo en el campo y estoy ya deseando disfrutar de los fuegos artificiales que se ven a lo lejos, iluminando la ría, en las noches de fiesta miesntras la música de las orquestas se oye tan lejos que no molesta para nada la canción del verano.
* Uno de mis fragmentos de zarzuela favoritos, de Luis Fernanda, zarzuela de Moreno Torroba.
Mis cerezas siempre tienen bicho. Uno con plumas y pico de color parduzco que anida cerca. Las repartimos como podemos, pero él se lleva la mejor parte. Es lo que tiene el campo, ¡hay mucha gente para comer!
Dice uno:
-¿Y tú crees que da mala suerte casarse en trece y martes?
-¡Claro, por qué iba a ser distinto a los demás días!