, El Huerto del Limonar, que te va a encantar, porque a alguien como tú le tiene que gustar la poesía. Y tú a mi el siguiente trébol de cuatro hojas que encuentres, que no creas que me olvido. Quedamos en que yo también necesito un poquito de suerte (no me quejo, eh?). Encontraste uno en Parada, cerca de la escuela, subiendo por el camino del frente.

Paseábamos ya de retirada hacia los coches, después de fotografiar la casa de Uxío Novoneira, – se o pasado é pasado i o presente é o urgente por qué inda busca a xente aquil soño clausurado?– y el río de lavar, y las veredas, y los árboles.
Tú caminabas a mi lado charlando, como vinimos haciendo todo el fin de semana, subiendo y bajando la Devesa, comiendo bocatas al lado de las fuentes…
No sé bien qué nos contábamos, cualquier cosa: me hablabas de tus amigos, de lo que te gusta y de lo que no. Pero siempre tan inteligente, tan cariñoso y tan amable!
Nos hacíamos compañía, soplábamos dientes de león, comíamos fresas silvestres y compartíamos el cansancio del regreso. Y,sobre todo, mira que nos reímos! que a mi ya me dolía la cara!
Me hiciste la foto más linda: arriba, en las fuentes, leyendo. Ya sé que no será la mejor técnicamente, pero es para siempre mi favorita.
Fue muy lindo pasar esos días a tu lado y yo tampoco podría ya imaginar el Caurel sin ti.
(Tenemos que vernos, quiero presentarte a alguien muy importante para mi)
Qué bello. Qué calma.
No sabes bien qué especial es mi pequeño compañero de fatigas, te encantaría a ti también.
Besos